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11 de junio 2025 - 16:13hs

Cada tanto, una tecnología irrumpe con tal fuerza que obliga a repensar todo. En el universo fintech, al igual que en el resto de las industrias, esa disrupción es la Inteligencia Artificial (IA). No solo está cambiando cómo se detectan fraudes, se codifican productos o se aprueban pagos: está redefiniendo la forma misma en que trabajamos, tomamos decisiones y diseñamos el futuro. El cambio es sísmico, y su onda expansiva se extiende por toda la cadena de valor.

Durante años, las técnicas de machine learning clásico permitieron resolver desafíos clave: ruteo inteligente de transacciones, scoring, validación de identidad, detección de anomalías. Herramientas basadas en modelos supervisados ayudaron a procesar volúmenes masivos de operaciones, mejorar la eficiencia y elevar los estándares de seguridad. Pero lo que hoy marca un nuevo capítulo es la irrupción de la Inteligencia Artificial Generativa (GenAI).

La GenAI no reemplaza lo anterior: amplifica su alcance. Su capacidad para generar contenido nuevo a partir de patrones, simular razonamiento y automatizar tareas que antes requerían intervención humana está ampliando radicalmente el horizonte de lo posible. En productividad, colaboración, análisis o desarrollo, su impacto ya se siente con fuerza.

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Además, está acelerando procesos de transformación digital que venían en marcha desde hace años, permitiendo automatizar decisiones, procesar información no estructurada y escalar operaciones sin crecer en costos al mismo ritmo.

Una de las transformaciones más notables radica en la aparición de agentes autónomos: programas que pueden recibir un objetivo, planificar cómo alcanzarlo y ejecutar los pasos necesarios, incluso interactuando con otros sistemas. Ya se usan en entornos de desarrollo, donde generan, testean y corrigen códigos de forma independiente. Esto permite automatizar tareas operativas con un nivel de autonomía que hace apenas unos años era impensado.

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Imagen sobre deepfake creada con inteligencia artificial.
Imagen sobre deepfake creada con inteligencia artificial.

A la vez, los sistemas inteligentes están dejando atrás los silos. La tendencia es clara: integración profunda con la infraestructura tecnológica existente, interoperabilidad entre agentes, colaboración multiagente. Protocolos como M, A2A o AG-UI están habilitando esa conectividad, permitiendo que distintas capas del ecosistema operen en conjunto, sobre datos en tiempo real. Muy pronto, será común que plataformas y dashboards sean operados por otros agentes -no por personas- como parte de flujos automatizados entre compañías.

En el desarrollo de software, el impacto ya es palpable. Herramientas como GitHub Copilot, Cursor, Windsurf o Codex pasaron de ser una novedad a formar parte del proceso diario. No solo mejoran la velocidad: potencian la fluidez, permiten trabajar en paralelo y resuelven problemas con lógica asistida. En este terreno, la IA no es opcional: es parte esencial de la caja de herramientas.

Naturalmente, todo esto exige un cambio cultural profundo. No alcanza con sumar expertos: toda la organización debe aprender a trabajar con sistemas inteligentes como aliados cotidianos. Áreas que tradicionalmente no estaban en el centro de estas transformaciones -como legal, contabilidad o compliance- hoy también integran la IA en sus decisiones, flujos y análisis. Entre las nuevas habilidades indispensables, está saber instruir a un asistente, validar su output y utilizarlo con criterio.

Del lado del , los beneficios también son evidentes. Pagos más rápidos, menos fricción, mejores tasas de aprobación, mayor seguridad. Para consumidores y comercios, la inteligencia aplicada mejora la experiencia, genera confianza y hace invisibles muchas de las operaciones que antes eran fuente de frustración.

Este nuevo escenario demanda respuestas ágiles. Las fintech que aún no avanzaron en la integración de IA deberían comenzar cuanto antes. Lo importante no es elegir la tecnología más compleja, sino detectar los casos de uso con impacto tangible. Y abordarlos con enfoque seguro, viable y medible. En 2025, no implementar IA ya no es una omisión técnica: es una desventaja competitiva.

En este contexto, desde dLocal - plataforma de pagos que conecta a empresas globales con consumidores en mercados en expansión - estamos integrando la inteligencia artificial de forma transversal. Ya sea para combatir el fraude, optimizar rutas de transacción, automatizar procesos de compliance o acelerar el desarrollo de productos, la IA forma parte de cada etapa de nuestra operación. Adoptamos una mentalidad “AI-first” porque creemos que es la única forma de escalar sin comprometer eficiencia, adaptabilidad ni cumplimiento normativo. Dicho de otro modo, el futuro de los pagos es inteligente, y estamos construyéndolo con IA.

La IA redefine cómo se crea valor en la industria financiera, cómo se mide el riesgo, cómo se escala una operación y cómo se construye confianza. Quienes aprendan a usarla con criterio serán los que marquen el ritmo de lo que viene.

Temas:

IA fintech tecnología inteligencia artificial

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