El gobierno de Nicolás Maduro ha impuesto el silencio en torno al dólar no oficial en Venezuela. Tras la detención de al menos 20 personas y el cese de las operaciones de plataformas como El Dorado, que permitía transacciones con criptomonedas, las menciones han desaparecido de redes sociales y páginas web. La medida marca un regreso a la estrategia reguladora del chavismo, que busca consolidar al Banco Central como única fuente de cotización en medio del colapso de la moneda y la aceleración de la inflación.
Paralelamente, el gobierno ha desplegado fiscales en todo el país para supervisar que los comercios ajusten sus precios a la tasa oficial. Al mismo tiempo, negocia con empresarios una lista de “precios acordados” para productos básicos, en un intento por mitigar el descenso en la capacidad de compra de los salarios.
El trasfondo de la medida es una demanda de dólares que no encuentra suficiente oferta en el mercado oficial, que opera a través de entidades financieras y donde el Banco Central es el principal proveedor de divisas. La institución difunde la tasa diariamente, pero tesoreros consultados explican que el tipo de cambio no se fija completamente por la oferta y la demanda, sino que es regulado con un techo impuesto de manera arbitraria.
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La falta de un mercado libre implica una demanda insatisfecha que da pie a un mercado paralelo que funciona a través de mesas de cambio del sector privado y plataformas donde se compran criptomonedas con bolívares, que luego son vendidas para obtener divisas. Así se forma una tasa no oficial que supera ampliamente a la del Banco Central e influye en los costos de reposición de una amplia gama de comercios y empresas.
El cese de operaciones de El Dorado
El ministro del Interior, Diosdado Cabello, activó un operativo policial para frenar la divulgación de información sobre el dólar paralelo. Al menos 20 personas vinculadas a Monitor Dólar, una página web que publicaba a diario la cotización, fueron encarceladas. La acción provocó temor y llevó a distintas billeteras digitales y plataformas de venta de criptomonedas en bolívares a suspender sus operaciones.
La más notable fue El Dorado donde venezolanos podían comprar criptomonedas como USDT para luego venderlas y obtener divisas. Guillermo Goncalves, uno de sus fundadores, anunció en un video publicado en Instagram que la plataforma dejó de operar en Venezuela “de forma inmediata” y aseguró estar “ampliamente arrepentido, ya que de ninguna forma nuestras acciones han estado dirigidas a promover la especulación sobre el dólar paralelo”.
“Pido perdón públicamente por parte de El Dorado a cualquier persona o institución que se haya visto afectada por nuestras acciones, me hago responsable por cualquiera de las consecuencias que hayamos podido causar con nuestro servicio. En Venezuela la única fuente oficial del precio del dólar es el Banco Central. Quedo a disposición ante cualquier persona o autoridad para responder cualquier pregunta”, agregó Goncalves.
El diario Últimas Noticias, afín al Gobierno, afirmó que Goncalves reside en Argentina y que sus propiedades en Venezuela fueron allanadas por la Policía Nacional Bolivariana el 1 de junio, un día antes a la difusión del video.
Silencio en el mercado
El lunes fue feriado bancario en Venezuela y el 3 de junio, tras las acciones policiales y el temor en las plataformas de criptomonedas, reinaba el silencio en redes sociales y páginas web sobre la cotización del dólar paralelo.
No obstante, entre empresarios y grupos con mayor a la información circulaban por WhatsApp transacciones de USDT con bolívares en Binance, una de las principales plataformas globales de compra y venta de criptomonedas. Según estas operaciones, el tipo de cambio paralelo se situaba en 129 bolívares por dólar, un 33% por encima de la tasa oficial.
La lucha del chavismo contra el mercado paralelo de divisas se ha mantenido durante años. Bajo el régimen de control cambiario, el Gobierno aprobó una ley que prohibía cualquier mención al dólar no oficial en medios de comunicación, cerró casas de bolsa y emprendió acciones contra páginas como Dólar Today, similares a Monitor Dólar.
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El resultado siempre ha sido el mismo: un mercado paralelo que persiste a pesar de la persecución y su tasa, que influye en los precios, termina funcionando como un indicador adelantado de la devaluación que, tarde o temprano, el Banco Central termina reflejando en su cotización oficial.
Economistas que prefieren mantener el anonimato advierten que este será nuevamente el desenlace, especialmente ahora que el gobierno está emitiendo grandes cantidades de bolívares para financiar sus gastos. Una vez en circulación, este flujo de dinero es utilizado por empresas y comercios para demandar dólares, presionando aún más el mercado cambiario.
Ante el aumento de la demanda, el tipo de cambio oficial ha pasado de 50 bolívares en diciembre a 97 bolívares en la actualidad. A pesar de este incremento, la cantidad de dinero en circulación sigue impulsando la demanda y el tipo de cambio está lejos de estabilizarse.
El peligro de la escasez
La caída libre del bolívar se ha reflejado en los precios y la mayoría de los bancos y consultoras pronostican una inflación anual de más de 200% este año. En un intento por contener el impacto en la capacidad de compra de las familias, el gobierno está negociando precios “acordados” con los empresarios.
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La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez
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"Hemos estado sentados con los sectores productivos porque había tendencias especulativas en algunos productos, hoy podemos decir que hemos alcanzado precios acordados, hemos bajado precios del sector agrícola, en el pollo, los huevos, en las grasas", afirmó la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
Empresarios consultados temen que estas medidas sean el preámbulo de un mayor control sobre los precios que, como en el pasado, conduzcan a escasez y mercados negros.
El fin de semana, el Ministerio del Comercio desplegó “a sus fiscales en el territorio nacional. Con el objetivo de verificar el uso y cobro de la tasa oficial del Banco Central de Venezuela, tal como lo instruyó el presidente Nicolás Maduro”.
