"Lo siento, pero ya no lo soporto más", advirtió Elon Musk antes de lanzar una catarata de críticas al proyecto de ley presupuestario de Donald Trump, al que calificó de "abominación repugnante". El magnate sudafricano ya había expresado días antes su frustración con el plan del presidente, pero el martes lo atacó sin filtros. Claramente estaba enojado. Pero detrás de esa tensión, que se da a pocos días de su salida del gobierno, parece haber algo más que la preocupación por el déficit fiscal.
"Este enorme, escandaloso proyecto de ley de gasto del Congreso, lleno de derroche, es una abominación repugnante. Aquellos que lo votaron deberían avergonzarse: saben que hicieron mal. Lo saben", escribió Musk en su primer mensaje.
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El dueño de Tesla y SpaceX, que ha sido un importante aliado de Trump y lo apoyó con más de 250 millones de dólares durante la campaña, ya se había mostrado "decepcionado" por el "gran y hermoso proyecto de ley", que va en línea con la agenda MAGA del presidente, combina exoneraciones fiscales y recorte de gasto público, y a la vez dispara la deuda del país.
"Francamente, me decepcionó ver el enorme proyecto de ley de gasto, que no solo no reduce, sino que aumenta el déficit presupuestario y socava el trabajo que está realizando el equipo de DOGE", dijo Musk la semana pasada en diálogo con CBS News, después de que el paquete fuera aprobado en la Cámara de Representantes y pasara al Senado.
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Elon Musk en la AC con una motosierra, regalo del presidente argentino Javier Milei.
AFP
Días después, el empresario anunció que finalmente se acababa su tiempo como "empleado especial del gobierno" y, por lo tanto, dejaba su puesto al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), con el que llevó adelante un fuerte recorte del gasto público, que derivó en el despido de miles de empleados federales y la desfinanciación de diversos organismos estatales, por los que pasó su motosierra, como la agencia de ayuda al exterior USAID.
Tesla y el adiós a exenciones fiscales para autos eléctricos
El viernes pasado, Musk y Trump comparecieron juntos ante la prensa en el Despacho Oval y el mandatario no ahorró elogios para el hombre más rico del mundo, al que describió como "uno de los mayores líderes empresariales e innovadores que ha dado el mundo". "Creo que el DOGE está haciendo un trabajo increíble", dijo, y aseguró que Musk "no se está yendo de verdad". El magnate sudafricano, por su parte, declaró que seguiría visitando la Casa Blanca como "amigo y asesor" del mandatario.
"El presidente ya sabe cuál es la postura de Elon Musk sobre este proyecto de ley", dijo el martes Karoline Leavitt, la secretaria de prensa de la Casa Blanca. "Eso no cambia la opinión del presidente. Este es un gran y hermoso proyecto de ley, y él se mantiene firme en su apoyo", aseguró, intentando minimizar los cuestionamientos de Musk, que se sumaron a los de otros del Partido Republicano, preocupados porque el plan podría generar un fuerte aumento del déficit.
Uno de los motivos de la ira del empresario en relación al proyecto podría tener que ver con el recorte de subsidios y exenciones impositivas de la época de Joe Biden para impulsar la compra de vehículos eléctricos entre los consumidores estadounidenses y reducir así las emisiones de dióxido de carbono. Esto podría afectar directamente a su compañía Tesla, que ya ha venido sufriendo por su participación en la istración Trump y cuyas acciones perdieron un 25% desde diciembre.
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Protesta contra Musk en un concesionario Tesla en Michigan
AFP
Para Seth Goldstein, estratega de Morningstar, la eliminación del crédito fiscal para vehículos eléctricos representará "el mayor impacto para Tesla" y podría generar una caída en las ventas, según dijo a Business Insider.
Starlink y los conflictos de interés
Otro de los temas que presuntamente provocaron el enojo de Musk fue la negativa del gobierno a que la istración Federal de Aviación (FAA) utilizara su sistema de satélites Starlink para el control del tráfico aéreo, según dijeron fuentes cercanas al empresario al portal Axios.
De acuerdo con estas fuentes, la istración Trump decidió no seguir adelante con ese proyecto por un posible conflicto de interés y por razones tecnológicas. "No se puede controlar el tráfico aéreo sólo con satélites", dijo una de las fuentes.
Starlink, que utiliza satélites para ofrecer internet en zonas de difícil y es propiedad de SpaceX, ya tenía contratos con varias agencias gubernamentales antes de la asunción de Trump y fue ampliando su desde que volvió a la Casa Blanca, en medio de las críticas de los demócratas, que apuntaron a un conflicto de interés de Musk.
Para llevar adelante su tarea al frente del DOGE, el magnate sudafricano fue nombrado en febrero "empleado especial del gobierno", una categoría que le permite trabajar hasta 130 días en un año y por la que estaba sujeto a requisitos de ética y conflicto de interés menos estrictos que otros funcionarios federales. De todas formas, Musk estaba cubierto por una ley federal que prohíbe a los empleados del gobierno participar en asuntos que puedan afectar a sus intereses financieros.
Desaire a su aliado para dirigir la NASA
Y una de las decisiones recientes de Trump toca indirectamente a Musk. El presidente rescindió el nombramiento del magnate tecnológico Jared Isaacman, socio cercano de Musk, para dirigir la istración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) citando "una revisión exhaustiva de asociaciones previas". Según el mandatario, será reemplazado por alguien que ponga "a Estados Unidos primero en el espacio”.
El anuncio se produjo días antes de la esperada confirmación de Isaacman por parte del Senado y pocos días después de que Musk anunciara su salida del DOGE. La designación del empresario ya había sido aprobada por el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado.
Jared Isaacman - AFP.webp
Cuando se presentó su nominación, el multimillonario tecnológico, fundador de la plataforma de pagos Shift4 y pionero de los vuelos espaciales, recibió tanto apoyos como críticas de los republicanos. Mientras algunos entusiastas veían a Isaacman como un agente de cambio y un hombre que tiene "lo que hay que tener" para dirigir la agencia, otros lo cuestionaban preocupados por posibles conflictos de interés.
Isaacman donó a los demócratas hasta 2024, según registros de OpenSecrets, una organización sin fines de lucro que rastrea financiamiento de campañas, y sus empresas contaban con políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), a las que varios integrantes del GOP les declararon la guerra en su cruzada anti-woke.
Después de que se cayera su nominación, en la Casa Blanca se especuló con que Sergio Gor, director de la Oficina de Personal Presidencial de la Casa Blanca, estaba detrás de la decisión, después de haber tenido un enfrentamiento con Musk. Aunque fuentes del gobierno lo desmintieron, reconocieron que podría haber repercutido en Musk. "La percepción es la realidad, y estoy bastante seguro de que Elon pensó que la situación de la NASA era un último insulto", dijo un funcionario a Axios.
