"Adorni es Milei", dicen los carteles de La Libertad Avanza que nutren el paisaje porteño. "Lospennato es PRO", sentencia la publicidad callejera que rescata el amarillo histórico que supo pintar el mapa de la Argentina entre 2015 y 2019. Leandro Santoro es Leandro Santoro, sin más. Sin referencia nacional y con un color verde prestado que asoma con dificultades en la cartelería porteña.
Santoro hace campaña en soledad. Recorre barrios, plazas, hospitales. Está solo. Lo acompañan casi siempre dos de sus colaboradores. No hay más. Las referencias nacionales están ausentes. Es parte de la estrategia. Porteñizar para ganar. No ser para ser. Las trampas de política hacen que ocultar lo obvio no sea sencillo.
Santoro no puede ser CFK, tampoco Kicillof y mucho menos Alberto Fernández. O por lo menos no quiere. El candidato del espacio que lleva el nombre Ahora Buenos Aires, pero no es más (ni menos) que kirchnerismo de buenos modales no tiene techo. La afirmación es amplia y contradictoria.
“Cuando se muere tu viejo te quedas sin techo en la vida”, dijo el periodista Carlos Polimeni mientras atravesaba su duelo familiar. La vida es como la política, cuando no tenés techo existe la posibilidad de crecer sin fronteras, pero la otra cara de la moneda conlleva exposición y la ausencia de protección.
El límite no está claro, pero todas las lluvias te mojan. En eso anda Santoro. Intenta esquivar el techo que le puede imponer una referencia nacional como CFK o como Kicillof, pero queda expuesto y sin referencia nacional en una competencia que se juega en la Ciudad de Buenos Aires, pero que marcará a fuego el devenir electoral a todos los niveles. Simplemente política, así de compleja, así de tramposa.
Durante la última semana de campaña, Leandro Santoro eligió moverse poco. Jugar sin arriesgar. Cree en las encuestas que lo ponen al tope de las preferencias de los porteños de cara a las elecciones del próximo domingo. Nada garantiza el éxito.
Depositar la fe en los estudios de opinión pública parece riesgoso. Más cuando en los campamentos de los adversarios la exposición es la regla. Lospennato y Macri se muestran en cadena nacional. Rezongan por la suerte corrida por Ficha Limpia en el Congreso y apuntan contra Milei sin descuidar el discurso anti kirchnerista. Milei pone la cara por Adorni y afirma que es el hombre adecuado para enterrar al kirchnerismo.
En el camino hacia el domingo y el posterior análisis de sus resultados, hay matices. Las encuestas muestran que Manuel Adorni, el candidato libertario, y Leandro Santoro, marchan en paridad. Sin embargo, el sello de La Libertad Avanza parece tener más adeptos en la Ciudad que el espacio kirchnerista que va con el sello de Ahora Buenos Aires.
En ese marco, y si bien es cierto que las elecciones locales no se pueden nacionalizar ni en el análisis previo ni en el posterior, no es menos cierto que tanto CABA como la provincia de Buenos Aires pueden ser, en contadas ocasiones, la excepción a la regla.
En este caso, la particularidad tiene que ver con que la única fuerza con despliegue nacional que tiene chances concretas de imponerse el próximo domingo es LLA. Y eso, en un escenario de paridad, puede ser clave para terminar de inclinar la balanza a favor de las Fuerzas del Cielo.
Así las cosas, Santoro, en soledad absoluta, asumiendo la representación de un espacio que parece estar acéfalo a nivel nacional, va por la hazaña. El domingo después de las 18, la historia ya estará en marcha.