Cristina Kirchner encabezó este lunes un acto en la sede nacional del Partido Justicialista donde se mostró respaldada por dirigentes de todos los sectores del peronismo, incluido el gobernador Axel Kicillof, ante la expectativa de un fallo inminente de la Corte Suprema que podría ratificar su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en la causa Vialidad. La expresidenta aprovechó la conmemoración del Día de la Resistencia Peronista para lanzar un llamado a la movilización y cargó duramente contra lo que definió como el "partido judicial".
"Bastó que hace una semana anunciáramos una candidatura para que se desataran los demonios", sostuvo Cristina Kirchner en referencia a su postulación como diputada bonaerense por la tercera sección electoral, que podría verse frustrada si la Corte Suprema confirma la sentencia dictada en segunda instancia. La dirigente peronista advirtió que "pase lo que pase, que seguramente va a pasar, no nos van a dejar seguir", en una clara alusión al esperado pronunciamiento del máximo tribunal.
Durante su discurso, iniciado a las 19.25 horas, la expresidenta recordó los fusilamientos de José León Suárez ocurridos en 1956 y se definió como "una fusilada que vive realmente", en referencia al atentado que sufrió en septiembre de 2022. "No me va a alcanzar la vida para agradecerle a Dios esto de estar viva", expresó ante la militancia congregada en la calle Matheu.
Respaldo del peronismo
El acto contó con la presencia de dirigentes de múltiples espacios del justicialismo, desde La Cámpora hasta el Frente Renovador que lidera Sergio Massa. Kicillof, quien inicialmente envió una delegación del Movimiento Derecho al Futuro integrada por Victoria Montenegro, Daniel Gollan, Hugo Yasky, Adrián Grana y Juan Marino, finalmente decidió viajar desde La Plata acompañado por dirigentes de su confianza como Carlos Bianco.
Entre los presentes se encontraron Amado Boudou, Carlos Heller, Tristán Bauer, Roxana Monzón, Paula Penacca, Leandro Santoro, Lucía Cámpora, Vanesa Siley, Jorge Taiana y Daniel "Tano" Catalano, entre otros referentes del espacio. También participaron agrupaciones como La Cámpora, el Movimiento Evita, Nuevo Encuentro y Juventud Sindical.
Llamó la atención la presencia de Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, quien había estado a punto de enfrentarla en una interna por la conducción del PJ nacional. Quintela expresó su preocupación porque "una vez más, se intente utilizar al Poder Judicial como herramienta para resolver lo que debería dirimirse en el terreno de la política y el debate democrático".
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La movilización se extendió por dos cuadras de la calle Matheu, con la circulación sobre Adolfo Alsina interrumpida por la cantidad de manifestantes. Una columna del Smata hizo punta junto a La Cámpora, mientras los bombos y trompetas se hicieron escuchar durante toda la jornada.
Críticas al Gobierno
Cristina Kirchner calificó de "cachivache" al gobierno de Javier Milei y pronosticó que "finalmente va a fracasar porque han fracasado estos modelos históricamente". La expresidenta sostuvo que ante esa perspectiva, "nuestra obligación como militantes, es organizarnos".
"Mientras caminen por la calle, libres, los que hicieron el megacanje, los de las autopistas, los parques eólicos, estar presa es un certificado de dignidad", enfatizó la dirigente peronista, en una referencia directa a funcionarios de gobiernos anteriores que considera responsables de actos de corrupción pero que no fueron procesados.
La expresidenta también buscó tender puentes con sectores del radicalismo al señalar que "esto así como está no va más, es muy antidemocrático" y apostó a que "debe haber muchos radicales hoy que ven" la situación actual del país. En ese momento, saludó a Leopoldo Moreau y otros dirigentes que eran radicales y se incorporaron al kirchnerismo.
Llamado a la movilización y organización
Durante el acto se definió la realización de una "vigilia" en la puerta de la casa donde vive Cristina Kirchner, en el barrio porteño de Constitución, como parte de las medidas de apoyo ante el eventual fallo de la Corte Suprema.
Leandro Grosso, del Movimiento Evita, quien ofició de telonero, cerró su participación con un llamado directo: "Tenemos que estar juntos, en las calles y tenemos que defender a Cristina".
La expresidenta instó a sus seguidores a "estar junto a la gente que tiene necesidades, demandas para ayudarlos y organizarlos" y advirtió sobre la necesidad de "ser empáticos y que nos importen los demás en una Argentina a la que la quieren someter a la crueldad". También pidió a la militancia su "presencia no solo en lugares cerrados porque hay mucho conflicto en la sociedad".
Tras el discurso en la sede partidaria, Cristina Kirchner continuó hablando desde la calle con micrófono y altavoces, donde llamó a la militancia a "que nos sentemos a discutir en serio qué pasó en la Argentina".
La dirigente peronista cerró su intervención con una reflexión sobre la unidad del espacio: "En algún momento vamos a tener que discutir en serio lo que pasó para que no nos sigan dividiendo", y advirtió que "estas divisiones, lejos de favorecer al pueblo, aun aquel que se siente antiperonista o antikirchnerista terminan perjudicándolo con procesos económicos que destruyen el presente y futuro del pueblo argentino".
