Dillom: un disco "ambicioso y jodido", y la forma de superar el miedo a quedarse sin cosas para decir

Por cesárea, su segundo disco salió en abril. Y de nuevo, aplausos. Un disco musicalmente rico, atrapante, contundente. En el que participan Lali y Andrés Calamaro, en el que imagina un femicidio o el enamoramiento de la novia de un amigo (basado en una experiencia propia).

Dicen que siempre el segundo disco es el más difícil. Sobre todo cuando al primero le va bien. En inglés hasta le pusieron el nombre Sophomore slump a esa cuestión, y aplica también a películas, segundas temporadas de series, novelas, etcétera.

Pero Dillom pudo. Porque tenía algo que decir.

“Estuve más que nunca en todos los procesos, porque sentía que era vital para expresar lo que quería expresar, y para que el disco tenga la forma que yo quería que tenga. Explayar mi visión en todos lados, hasta en la mezcla y el masterizado. Estuve sentado todo el día al lado de quien lo mezcló, porque me parecía importante el trabajo en los planos de la mezcla, los planos de cada sonido, que cambian mucho la inmersión en la historia y lo que transmite cada canción”, dice en entrevista con El Observador antes de la presentación de Por cesárea en Montevideo, que será el 16 de agosto en Sitio.

¿Por cesárea fue un disco difícil?

Dificilísimo. Porque pasó mucho tiempo entre un disco y el otro, casi tres años. En el medio experimenté mis primeras giras, un crecimiento tremendo, bloqueos creativos. Tuve que mentalizarme mucho internamente como para decir “a este disco lo puedo superar”. Yo sabía que lo podía superar, pero a la hora de hacerlo esos pensamientos siempre están en juego, entonces también tardé un tiempo en que se me ocurra la idea. Ya cuando la tenía bastante clara, sabía que estaba ante un disco bastante ambicioso y jodido de realizar. Primero porque ninguno de nosotros, los del equipo, había hecho un disco así. No teníamos experiencia alguna de por donde encarar. Fue prueba y error, ir haciéndolo, e ir mareándose en el proceso también. La verdad es que con este disco me pasó como nunca antes que lo escuchaba una semana y me encantaba, lo escuchaba a la otra semana y decía ‘es malísimo’. Era cuestión de tenerle fe, porque es un disco con muchas aristas, muchos sonidos distintos, es hasta quizás un collage el disco. En mi mente confiaba en que recién al final del proceso iba a tomar sentido todo, porque quizás los elementos por separado no tenían tanta fuerza como todo unido. No fue hasta la recta final que ninguno de nosotros estuvo seguro del disco, pero cuando empezó a tomar forma, ahí todos dijimos ‘es un discazo’.

En ese momento de bloqueo, cuando las canciones no salían, ¿sentiste miedo de quedarte sin cosas para decir? ¿Es un miedo que tenés?

Lo sentí antes de encarar este disco. Después de un tiempo de bloqueo y tener algunas charlas, me hizo un clic en la cabeza en el que entendí que uno nunca se va a quedar sin cosas para decir, por lo menos eso creo. Antes de encarar el proceso del disco aprendí que uno puede contar cosas nuevas o cosas que ya contó, pero podés contar la misma historia cien veces con distinto maquillaje, distintos recursos, distintos puntos de vista. Las historias se tratan de eso, con las películas pasa también, todo tiene una estructura narrativa, como el camino del héroe. Son fórmulas que uno agarra y dice ‘bueno, con esta estructura hago una película de superhéroes, con esta estructura hago una película de pescadores’, lo que sea. Cuando comprendí eso se me abrió todo un universo nuevo. Superé ese miedo, por ahora.

¿Y a qué le tenés miedo ahora?

Por ahora no estoy con ningún miedo particular. Justo ahora me agarrás en un buen momento (risas). Quizás el miedo que uno tiene ya cuando empieza a tener algunos años de carrera es el de perder el criterio. Eso pasa quizás cuando te juntas con gente que te dice que sí a todo y no hay nadie de tu equipo que se anima a confrontarte. Yo siempre trato de por lo menos tener a uno en el equipo que no esté de acuerdo conmigo en nada. Siempre me ha servido y creo que muchas veces hemos llegado a buen puerto desde el desacuerdo.

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Dillom se presentará en Montevideo el 16 de agosto

Hablando de criterio, ¿te pasó alguna vez de escribir una letra y decir ‘no da, me pasé’?

Sí, sí, me ha pasado bastantes veces. De hecho hay letras que están publicadas que ahora escucho y digo, ‘che, no da’. Y salieron igual. Siempre trato de que tenga un marco que avale lo que estoy diciendo y no decirlo por decirlo, sino que, o que sea un chiste y sea gracioso, o que sea parte de una historia como lo puede ser Muñecas en Por cesárea, que por ahí es una canción que toca una temática sensible y se dicen cosas fuertes, pero está en función de la historia que se cuenta, es una ficción, entonces no es que lo digo por decirlo.

En los últimos años se ha comparado a la nueva escena de hip hop, trap y otros géneros cercanos con el rock, señalando que ha ocupado ese lugar culturalmente, y en el caso de tu música se nota la influencia rockera. Pero, ¿vos te considerás rockero?

Sí y no. En mi vida personal, desde chiquito, soy bastante rockero. Hay una foto mía con 9 años con el pelo largo y una remera de los Ramones, siempre tuve ese gen. Pero no me termino de identificar ni encasillar en ningún género, porque simplemente no lo termino de sentir. No me termino de sentir hermanado con ninguno de esos términos, ni rapero, ni rockero, ni punk. Sí capaz por alguna cuestión de actitud, o lo que puede pasar en un show, por ahí es el gen mas fuerte que tengo y que más sale a relucir.

En distintas oportunidades a lo largo de los últimos meses has manifestado tus opiniones con cuestiones de la política y la cultura en Argentina. En el festival Cosquín Rock hiciste una versión de la canción Señor Cobranza con una referencia al ministro de economía argentino Luis “Toto” Caputo por la que hasta te quisieron llevar a juicio, y has criticado algunas políticas del presidente Javier Milei. Como artista que ahora tiene una plataforma y que hay gente que le presta atención a lo que tengas para decir, ¿cómo te sentís al encontrarte en ese lugar?

Por un lado tengo claro que si yo digo algo no da lo mismo y que cualquier cosa que diga va a tener una repercusión, pero la verdad no me siento referente de nada, tampoco quiero ocupar ese lugar, yo hago música, no soy político, entonces no quiero ocupar ese lugar. No es algo que me entusiasme tampoco, yo simplemente algunas veces cuando veo ciertas injusticias o cosas con las que no estoy de acuerdo y no me parecen, doy mi opinión o hago algo como para demostrar mi postura, desde mi lugar como ciudadano. También soy consciente de que tengo una voz mucho más fuerte, quizás, que cualquier otro ciudadano, pero no pretendo ser ningún referente político ni quedar en ese lugar, todo lo contrario, yo quiero hacer música y solo eso, no quiero mezclar las cosas.

Tu legado serán tus canciones.

Si, exacto.

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Agustina Lamanuele

Bonus track: las películas que inspiraron Por Cesárea, el disco de Dillom

Desde la publicación del disco, y en distintas entrevistas, Dillom ha contado que su segundo disco fue concebido como una historia. Las canciones están atravesadas por una línea conceptual y narrativa como si se tratara de una película, en particular, una de terror.

El músico argentino señala tres títulos cinematográficos como influencias e inspiraciones temáticas para su álbum:

Psicosis, el clásico de Alfred Hitchcock cuyo protagonista, Norman Bates, está atravesado por una "compleja" relación con su madre (por usar un término liviano y vago).

Beau tiene miedo, película del 2023 del cineasta Ari Aster, una historia sobre un hombre asustadizo (Joaquín Phoenix) y un accidentado viaje a la casa de su madre. “La vi en el último tercio del proceso del disco, me encantó y me sirvió mucho porque cuenta todo este drama del chabón con la madre, y toda la locura que tiene, es una odisea contada de una forma bastante lisérgica y metafórica”.

El triple programa de inspiraciones lo cierra Donnie Darko. “No tiene mucho que ver, pero también fue una referencia audiovisual, por el tipo de universo que genera”.