La istración de Donald Trump intensificó la presión sobre el Gobierno de Pedro Sánchez para que España acepte fijar un nuevo objetivo de gasto en Defensa del 5% del PIB para todos los países de la OTAN, una meta que rechazó públicamente la ministra de Defensa, Margarita Robles.
El embajador de Estados Unidos ante la OTAN, Matthew Whitaker, pidió este miércoles a España que retire sus reservas y permita aprobar el nuevo objetivo del 5% en la cumbre de la OTAN que se celebrará a finales de junio en La Haya, a la que asistirá el propio Trump.
“Estamos trabajando con todos nuestros aliados para pactar el compromiso en defensa, incluidos nuestros amigos en España”, dijo Whitaker en respuesta a una pregunta de El Español.
“Esperamos que la cumbre sea un gran éxito y que todos nuestros aliados se sumen al compromiso del 5%”, añadió.
España mantiene el ‘no’ mientras crece el aislamiento
La negativa española complica el cierre de un acuerdo en la reunión de ministros de Exteriores que se celebra este jueves en Bruselas.
Aunque estaba previsto alcanzar un consenso, el veto de España podría dejar en el aire la declaración conjunta.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y la ministra Robles insistieron en que España ya ha hecho un esfuerzo extraordinario al alcanzar el actual objetivo del 2% este año, con un aumento de 10.500 millones de euros en el presupuesto militar.
Según el Gobierno, ahora es momento de debatir sobre capacidades, no de fijar nuevos umbrales.
Trump, Rubio y Rutte presionan a la OTAN
A las declaraciones de Whitaker se sumó el pedido del secretario de Estado, Marco Rubio, quien a finales de mayo instó a Albares a apoyar el nuevo objetivo. “He pedido a España que se sume a los aliados a la hora de destinar el 5% de su PIB a defensa”, escribió Rubio en su cuenta de X.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, también respaldó la exigencia de Trump y presentó un plan para que los 32 aliados aprueben un incremento sustancial del gasto militar en la cumbre de La Haya.
La propuesta de Rutte contempla un 3,5% para defensa tradicional y un 1,5% adicional para seguridad ampliada, como movilidad militar, ciberseguridad o lucha antiterrorista.
Un costo político difícil para Sánchez
El presidente Sánchez no cuenta con los apoyos necesarios para asumir un nuevo aumento del gasto militar, ya que ni sus socios de coalición, como Sumar, ni sus aliados parlamentarios respaldan lo que consideran una escalada armamentística promovida por Trump y la OTAN.
Además, ningún otro país miembro de la Alianza rechazó públicamente la propuesta estadounidense, lo que deja a España prácticamente sola en su posición.
Un difícil equilibrio en la relación con EEUU
“Estados Unidos, con razón, espera que gastemos mucho más en defendernos a nosotros mismos, con su ayuda”, detalló Rutte, quien además explicó que el nuevo compromiso puede financiarse mediante recortes sociales, aumento de impuestos o mayor endeudamiento, una decisión que dependerá de cada gobierno nacional.
Si España mantiene su negativa, corre el riesgo de bloquear un acuerdo estratégico en la OTAN y tensar sus relaciones con Estados Unidos en un momento clave para la seguridad internacional.
