La periodista Lucía Salinas analizó con profundidad en el programa Cabak 107.9 de El Observador 107.9, la reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia, que dejó firme la sentencia condenatoria en la causa conocida como la Ruta del dinero K. La investigación judicial confirmó que entre 2010 y 2013, una organización criminal liderada por Lázaro Báez se dedicó al lavado de activos por una suma cercana a los 55 millones de dólares.
Salinas explicó que la Corte Suprema ratificó el fallo que condena a 22 imputados, entre ellos a Báez, como cabeza de una estructura criminal que permitió el blanqueo millonario durante tres años. “Se demostró que no era solo gente contando dinero, sino que hubo una organización criminal con roles específicos que garantizó el éxito del lavado”, destacó la periodista.
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Tras esta confirmación, cinco de los condenados se presentaron en el juzgado de Comodoro Py para comenzar a cumplir sus penas, siendo Fabián Rossi uno de los primeros en hacerlo. “Esto se da 12 años después de iniciadas las investigaciones, durante las cuales la mayoría de los acusados vivió en libertad, salvo por arresto domiciliario de Báez”, precisó Salinas.
Actualmente, la Justicia debe definir qué sucederá con Báez, su hijo Martín, el contador Daniel Pérez Gaby y el abogado Jorge Chueco, quienes ya cumplieron años en prisión preventiva. “Se está haciendo un cómputo para establecer quiénes deben volver a la cárcel y quiénes no, y determinar si Báez cumplirá su condena en prisión común o continuará con arresto domiciliario”, señaló la periodista.
Un patrimonio millonario
Durante la entrevista, Salinas describió el impresionante crecimiento patrimonial de Báez durante esos años: adquirió 1.412 bienes muebles e inmuebles, valorados en 2016 en aproximadamente 205 millones de dólares. Entre esas propiedades había más de 400 inmuebles, estancias y campos distribuidos en ocho provincias del país, muchos de los cuales Báez ni siquiera llegó a conocer personalmente.
“La Justicia concluyó que este incremento patrimonial, que representa un crecimiento del 12.000% en apenas tres años, fue producto directo de las operaciones de lavado”, explicó Salinas.
Además, resaltó la ironía y la controversia que genera que Báez cumpla su arresto domiciliario en una mansión con comodidades de lujo, como jacuzzi y bodega. “Esto abre un debate sobre el sistema de justicia, porque aunque esté detenido, vive en condiciones que la gran mayoría de los argentinos sueña, pero en un contexto totalmente ilegítimo”, sostuvo.
Salinas también recordó que Báez intentó entorpecer la investigación desde la cárcel, gestionando movimientos de dinero, firmando papeles y otorgando poderes para maniobras financieras fuera del sistema formal, hechos que la justicia comprobó y que sostienen su culpabilidad.
Vínculos con la causa Vialidad
Sobre las conexiones entre la ruta del dinero y la causa Vialidad, donde está condenada Cristina Fernández de Kirchner, Salinas aclaró que existen “vasos comunicantes”, pero que las causas aún no se unificaron en un fallo definitivo. “El dinero que Báez lavó provino en gran parte de Austral Construcciones, cuyo único cliente era el Estado nacional, a través de contratos de obra pública vial que fueron objeto de investigación en la causa Vialidad”, detalló.
Sin embargo, la Corte Suprema aclaró que el delito precedente probado en la ruta del dinero K fue la evasión tributaria, no la corrupción directa ligada a la obra pública. Esto dejó parcialmente separadas ambas investigaciones.
Salinas añadió que parte del dinero blanqueado fue utilizado en alquileres simulados de hoteles e inmuebles vinculados a la familia Kirchner, “para que el dinero retornara al patrimonio familiar”.
Por último, indicó que Cristina Kirchner está imputada en la etapa de instrucción por lavado de dinero, y que la Justicia continúa investigando su posible vinculación directa con las maniobras de Báez durante el período de lavado millonario.