La denunciante señaló también que tenía un contrato laboral por el que era su empleada, ya que al asumir en febrero de 2020, la pusieron en caja a través de Marea Frenteamplista, como asesora y Olmos le hacía los giros para pagarle el sueldo.
Por qué no hubo delito de abuso sexual para la fiscal
El delito de abuso sexual (artículo 272 bis del Código Penal) implica que se cometa un acto de naturaleza sexual sobre otra persona por medio de "intimidación, presión psicológica, abuso de poder, amenaza, fuerza o cualquier otra circunstancia coercitiva".
En ese sentido, la fiscal señaló que si bien “muchos de los hechos no son controvertidos, existiendo incluso aceptación” sobre que existieron, no se pueden considerar “en su totalidad como actos de naturaleza sexual”.
“Abrazos de larga duración, besos en el cachete, en la frente o en la nariz, no son actos de naturaleza sexual, al menos no en el contexto de saludos cotidianos relatados por la denunciante”, dijo. Por otra parte, agregó que “otras conductas como besos en la boca, roces o tocamientos en los glúteos, serían conductas o actos de naturaleza sexual, que habría que ingresar a analizar si se ejecutaron empleando algún medio” que sí sea delito, es decir, haberse utilizado “intimidación, presión psicológica, abuso de poder, amenaza, fuerza o cualquier otra circunstancia coercitiva”.
Sin embargo, “de acuerdo a lo declarado por la víctima, se descarta el uso de la fuerza, no habiendo existido violencia física", ni amenazas. "Olmos nunca desplegó una conducta amenazante, de su integridad, de terceros o directa sobre su continuación en la fuerza política o en la actividad”.
Incluso, la fiscal consideró que “comentarios como que el pantalón de Olmos generaba pasión realizados en octubre de 2020 (mucho antes de que se presentara la incomodidad en la víctima), pueden dar lugar a interpretaciones relacionadas con lo cómico, o que se burla de él, o que se realiza con una segunda intención, demostrando un interés diferente”.
La pericia: "inmadurez emocional" y "escasas herramientas psíquicas para manejar situaciones”como las vividas
La fiscal incluyó en su dictamen el resultado de una pericia psicológica realizada el 21 de mayo de 2025, que concluyó que Casás “posee sintomatología traumática asociada a la vivencia de abuso por tocamientos de glúteos e invasión del espacio corporal, largos abrazos y besos en la boca". También presenta "elementos depresivos e inseguridad” y “surgen emociones que darían cuenta de haber sido expuesta a situaciones de acoso”.
La pericia destacó que Casás “cuenta con inmadurez emocional e indicadores de dependencia y podría tener escasas herramientas psíquicas para manejar situaciones” como las que vivió con Olmos.
Agregó que había entrado en la política “con gran ilusión y expectativas, sufrió acoso, tras el juicio laboral se siente desvalorizada y boba”. Consideraba a Olmos como "un padrino político, a la vez que un referente y que esa relación se empezó a tornar más afectuosa, él llegaba y le daba un abrazo, un beso en la nuca o en la cabeza, tenía apodos cariñosos"..
Los dos primeros años pensó que era una relación laboral afectuosa pero más tarde “se empezó a cuestionar” ya que luego “comenzó una mayor invasión de su espacio personal como largos abrazos que la incomodaron”. “En esos abrazos comenzó a darle besos en la cara, la frente, la nariz, y cada vez más cercanos a los labios. Nunca manifestó su negativa y es algo de lo que se culpa. También señaló que más de una vez le rozó los glúteos y que existió tocamiento en esa zona sin su consentimiento”, relató la fiscal sobre las conclusiones de la pericia.
"No se observa abuso de poder"
Casás explicó que nunca pudo reaccionar y que la invadía el miedo de que si manifestaba algo, podría no recibir su salario o tener que dejar la suplencia de la banca.
Sin embargo, la fiscal Alfaro señaló que Olmos nunca realizó una referencia explícita, ni en forma implícita para intimidarla o presionarla psicológicamente como para que Casás llegara a esa conclusión.
"Tampoco se observa en el caso una situación de abuso de poder", dijo la fiscal. Agregó que por el hecho de que sea una mujer adulta, de casi 30 años, profesional, suplente de diputado, con independencia funcional, "no corresponde descartar de plano la existencia de asimetría de poder con el Sr. Olmos, pero no hay elementos que indiquen que sea el caso".
Al contrario, evaluó que del relato de la propia víctima surge que Olmos le cedía espacio para su trabajo y proyección parlamentaria. "No era una persona que cortara sus oportunidades, que internamente funcionaban como si se tratare de una banca colectiva tanto desde lo conceptual como desde lo ejecutivo, ya que tanto la víctima, como el indagado y testigos refieren a que no eran pocas las veces donde Olmos solicitaba licencia para que directamente participara Casás representando la agrupación, con proyectos de ley o ideas propias".
"Ninguna de las evidencias apunta a que ella dependiera de Olmos para continuar", concluyó Alfaro al respecto.
Los relatos de Casás, Olmos y testigos
Casás afirmó, según el relato consignado por la fiscal, que en 2018 al ver a Mario Bergara en la televisión anunciando que iba a ser precandidato a la presidencia, ella que era militante del FA, decidió sumarse al sector. Les escribió un mail contándoles que tenía 24 años, que le faltaba poco para recibirse de bióloga y consideraba que "faltaba una visión ambientalista en el FA y podía aportar para esa construcción".
En ese marco conoció a Olmos en 2019, cuando fundaron Marea Frenteamplista, y quedaron como titular y suplente de la banca entre 2020 y 2024.
En aquellos momentos ella se trasladaba en bicicleta u ómnibus por lo que a la vuelta él la llevaba a la casa. Relató que el trato con Olmos era “muy afectuoso, casi paternal". Agregó que compartían despacho y se sentaban espalda con espalda.
A medida que fue pasando el tiempo “se tomaron cariño, pasaban muchas horas juntos, quedaban solos después de las 6, y los abrazos se hicieron más largos, los besos más cercanos a la boca, a ella le me empezaron a parecer eternos; cuando se sentía incómoda en esos momentos, seguía hablando cosas de trabajo, proponiendo entregar una modificación a un artículo, interpelar, etcétera.”
Según la fiscal, Casás dijo que “se convencía a sí misma que era su forma de dar afecto, pensó en llegar al despacho, cerrar la puerta y decirle, pero luego pensaba que quería entrar a la comisión de ambiente, faltaba una semana y quizá si le decía la dejaba afuera, o faltaba poco para el 1ro y pensaba 'capaz no me paga'”.
Como se sentía incómoda buscaba “estrategias de escape” y comenzó a viajar pero al volver de los viajes “la situación se acentuaba”. “El le decía que la había extrañado". Ella contó que cuando Olmos viajó a Finlandia le dijo 'te extraño apenitas', luego él le dijo que ese apenitas le había dolido. Cuando ella se iba de viaje ponían 'sólo apenitas' como un mote cariñoso que quedó. Cuando se estaba por ir de viaje él le decía 'dame un beso que me dure hasta el lunes' y que de ahí ella le decía que le diera un beso que durara hasta el lunes".
Según el relato de Casás, la situación de los besos en la boca ocurrió el 30 de octubre después de que ella había vuelto de Washington. Hubo una reunión en el despacho y al terminar salieron todos y se quedó sola con Olmos quien “se le arrimó, arrimó su silla a la de ella, le agarró la cara con las dos manos, le dio tres besos en la boca y le dijo que la extrañó”.
“Ella empujó la silla, se paró y preguntó si iban a interpelar, ella le dijo de almorzar, bajaron a la cantina, y cuando volvían en el ascensor, se preguntó qué hacía ahí, se dio cuenta que estaba fingiendo demencia y actuaba como si todo estuviera normal cuando había pasado algo que la había incomodado”, continuó el relato de la fiscal citando su declaración.
Más tarde él le dijo que "tenían que hacer algo para poder estar solos los dos juntitos en las giras". "Ella le dijo que no podía, que tenía que estudiar y luego se fue con la excusa de tener clase, se fue llorando a su casa ese día. Luego no volvió, dio una excusa cual si tuviera asma, después fue feriado. Decidió hablar con la referente de género del partido, Patricia González", la primera persona a la que se lo contó.
Según el dictamen de la fiscal, Olmos aceptó haber dado dos besos ese día y haber recibido uno de ella antes de esa fecha.
Al declarar ante la justicia de familia especializada, en diciembre de 2023, Olmos dijo que tenían una relación de “chichoneo”, que ella se colgaba de su espalda, le daba un beso, bromeaban al despedirse con darse un beso que les durara hasta el lunes y su relación no era de amantes.
Relató que "meses atrás ella le dio un pico y el 30 de octubre, tras la reunión, ella giró en su silla, quedaron enfrentados y tras cruzar unas palabras él le dio dos picos, como el que ella le había dado antes, luego fueron a buscar comida y siguió todo normal hasta enterarse de que ella planteaba la situación de acoso y en función de eso pidió licencia y salió de todos los grupos que compartían y no volvió al Parlamento".
Sobre el vínculo laboral, él dijo que le hacía las transferencias desde la cuenta de Marea a la cuenta de Casás por concepto de sueldo. Afirmó que ella no dependía de él, sino que de la agrupación política.
Entre los testigos, Alfaro citó por ejemplo a Jorge Polgar, integrante de la misma agrupación política quien dijo que Casás era suplente de Olmos, no asesora, porque él coordinaba a los asesores, no sabía que recibía salario como tal. Dijo que nunca vio comportamientos inadecuados.
Dayana Pérez, suplente de diputada, dijo que nunca presenció ninguna situación entre ellos que denotara incomodidad, pero que Casás les había contado a ella junto con la diputada Micaela Melgar y Eugenia Casás que lo había denunciado por acoso ante la Secretaría de Género del Frente Amplio, y "que temía las consecuencias en su vida política y profesional". Por su parte, Melgar la exhortó a denunciar la situación al partido.
La senadora y exministra Liliam Kechichián, dijo que se enteró de la denuncia en una reunión convocada por el presidente del FA, Fernando Pereira, la vicepresidenta del partido y la presidenta de la Comisión de Género, y que González "le pidió que entregara la cabeza de Olmos. Se sintió sorprendida porque no son los mecanismos para resolver esos temas, sino que debía seguirse el procedimiento del Tribunal de Conducta Política".
Roberto Elissalde, integrante de Marea Frenteamplista, declaró que Casás "le propuso levantar la demanda si arreglaban por la mitad de la plata" que ella reclama judicialmente y él lo rechazó. También dijo que Casás consideraba que la banca era de ella y le comentó que tenía ofrecimientos de diferentes sectores del Frente Amplio.
Casás pidió la revisión del archivo por lo que otra fiscal analizará las pruebas recabadas y definirá sobre su denuncia. Si se confirma el archivo, no hay más instancias previstas.